«¡Dios mío, que me dejen un poquito, sólo para llenar un tambo! «… Esto no es broma. Desde las 3 de la mañana, la señora María del Jesús (al igual que 14 millones de mexicanos) trata de conseguir un poco de agua para poder preparar la comida, asearse, lavar su ropa, etc.
Desde hace 30 años México agoniza; en 1970 había una disponibilidad anual de 10 mil metros cúbicos (m3) de líquido por habitante, en el 2010 éste disminuyó a 4 mil 230 m3 por ciudadano, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), para el 2020 miles tendrán que vivir sin agua.
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El planeta resiste, ¿pero el hombre?
El ser humano sólo puede vivir sin agua entre 96 a 120 horas, es decir 5 días”, explica en entrevista para Salud180 Enrique Prado, médico cirujano y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma De México.
La razón, es que el organismo experimenta cambios desde las primeras 24 horas de suspender el consumo de líquidos. A continuación el médico de la UNAM te explica algunos de ellos:
- A las 4 horas. Empieza a disminuir la capacidad de retención de información y concentración.
- A las 6 horas. Aparecen problemas digestivos; el intestino reduce la absorción de nutrientes y las emisiones (orines) son menores.
- A las 8 horas. La sangre se vuelve más espesa; hay una pérdida de sodio, lo que ocasiona que el agua se dirija a las células lo que provoca hinchazón y esto da como resultado: irritabilidad, confusión, náuseas y calambres.
- A las 12 horas. Los riñones empiezan a fallar, la diuresis es casi inexistente (este proceso va desde la formación de orina, almacenamiento en la vejiga hasta su expulsión). La sensación de sed es difícil de ignorar.
- A las 17 horas. La piel pierde hidratación y la salivación disminuye (aparece lo que se conoce como tener la “boca seca”).
- A las 23 horas. Aumenta el cansancio debido a que la deshidratación reduce el volumen de la sangre; esto provoca que el corazón se esfuerce más en bombearla.
Si bien estos efectos son reversibles y el cuerpo tiene la capacidad de separar el agua de los alimentos; éste quedaría totalmente vulnerable ante padecimientos como la diarrea”, afirma el especialista Prado.
Se desperdicia más de lo que ves
Desde que empezó la escasez de agua, 10 años atrás durante la construcción de un nuevo complejo habitacional cerca de su colonia, la señora María del Jesús, de 57 años de edad, busca a diario la forma de obtener este valioso elemento.
En un inicio optó, al igual que muchos de sus vecinos, en romper parte del suelo de su vivienda para bajar la toma del agua 15 centímetros, pero no sirvió. Entonces compró una bomba para extraer el líquido; sin embargo, ha sido inútil por los constantes cortes del agua y el crecimiento demográfico de su alrededor.
Aunque María trata de ahorrar en sus quehaceres la mayor agua posible, no sirve de mucho si se analizan algunas cifras de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA); en éstas se indica que el líquido utilizado en el hogar únicamente representa el 4% del consumo diario; el 96% pertenece a la industria.
Ejemplo, para producir 1 kilo de café tostado se requiere 21 mil litros de agua; para una taza de esta bebida necesitas 7 gramos de café, lo que equivale a que se pierda 140 litros por esta porción”, señala CONAGUA.
Es necesario que la industria regularice su consumo de agua y que la población sea consciente del uso que le da y de que debe existir una mejor planificación familiar, si se desea evitar que este elemento se agote. Toma conciencia sobre tu consumo de agua y sé parte del equilibrio ambiental.