La peligrosidad de «York Furioso», insecticida que habría provocado la muerte de profesora en Azua

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AZUA.- El distrito municipal de Tábara Abajo, en Azua, quedó consternado con la repentina muerte de Guillermina Lemos, la docente de 47 años que falleció tras manipular  el plaguicida llamado «York Furioso», el cual había colocado para exterminar unos ratones del centro educativo donde impartía docencia. 

El producto, un peligroso insecticida que debe ser manipulado con guantes, botas de gomas, gafas protectoras, capuchas impermeables y máscara con filtros. Además, se recomienda usarlo en lugares ventilados

A nivel internacional el producto se conoce solo como «Furioso2. En el país, fue registrado en 2017 en la Onapi bajo la marca York Furioso por Inversiones Agropecuarias del Cibao, empresa dedicada la venta de insumos agrícolas.  

Luego de utilizar, sugieren lavarse las manos y báñese con suficiente agua y jabón, cambiarse con ropa limpia. La ropa con la que manipuló el producto debe ser lavada aparte. 

Para uso exclusivo de la agricultura

La advertencia que hace la empresa española Anasac es que el uso de Furioso es exclusivamente agrícola; no hay antídoto directo para los efectos, y en caso de contacto, se debe lavar los ojos con agua potable durante 15 minutos y trasladar a la persona afectada al aire fresco. 

Todo indica que la profesora Guillermina Lemos no conocía los riesgos del insecticida. Según los relatos de parientes y colaboradores del Liceo Secundario Marino Antonio Geraldo, la docente se percató de que los libros estaban picados de ratones, por lo que preparó un pan con el producto. Pero, debido a una inadecuada manipulación, el letal veneno ingresó a su cuerpo. 

El pasado viernes, cuando Lemos llegó a su casa le dio un mareo, fue llevada a un centro de salud, pero al día siguiente falleció. En total, nueve personas fueron afectadas por el producto, de las cuales siete requirieron internamiento. 

Mientras la habitación de la profesora fue cerrada porque aún persiste el mal olor del químico.

El Ministerio Público solicita permiso a los familiares para exhumar el cadáver de la maestra para indagar las causas reales de su deceso. 

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