Pocos jugadores en la historia tienen un currículum parecido al del toletero dominicano David Américo Ortiz Arias.
En el 2016 jugará su vigésima temporada en las Grandes Ligas, su decimocuarta con los Medias Rojas de Boston.
Tiene tres anillos de campeón, un total de 503 cuadrangulares y 584 dobles en una carrera de leyenda en una de las organizaciones más emblemáticas del béisbol de las Grandes Ligas.
De los 27 hombres que han pegado 500 jonrones solo tres (Barry Bonds, Sammy Sosa, Mark McGwire y Rafael Palmeiro) han aparecido en una boleta para el Salón de la Fama y no son inmortales por las sospechas de consumo de sustancias para mejorar el desempeño.
Otros, como Manny Ramírez, aun no han aparecido en la papeleta de la Asociación de Escritores de Béisbol de los Estados Unidos, mientras Alex Rodríguez y Albert Pujols aun están activos en las mayores.
Ortiz tiene un expediente más que responsable para una candidatura aunque en su contra tiene que solo un bateador designado nato (Frank Thomas) ha entrado a Cooperstown en toda la historia.
¿Piensa Ortiz que en cinco años podría estar esperando una llamada que le informe sobre su paso a la inmortalidad?
“No pienso en el Salón de la Fama, porque todavía falta mucho tiempo. Tengo que esperar cinco años después que me retire. Pero me hablan de eso todos los días y… qué te digo, como jugador he hecho todo lo que tenía que hacer, pero ya eso está en manos de ellos”, indicó el dominicano, que buscaría unirse a Juan Marichal (1983) y Pedro Martínez (2015) como los únicos quisqueyanos en el Salón de la Fama.
Además de sus extrabases, Ortiz tiene un OPS de por vida de .925 que lo coloca en el puesto 43 de toda la historia, por encima de al menos 20 miembros del Salón de la Fama.
Ortiz dice que en el futuro inmediato después de tomarse un merecido descanso, analizará ofertas de trabajo para seguir en la organización de los Medias Rojas en funciones de asesor, como sucede con Pedro Martínez y otros exestelares.
“El equipo ya me ha estado hablando de eso (trabajar con ellos tras el retiro), pero me voy a tomar mi tiempo, me voy a organizar y cuando me decida de ver qué es lo que ellos quieren que uno haga, yo me involucro. Ellos están conscientes de la comunicación que tengo con los jugadores y la experiencia de uno, eso no tiene precio”, indicó.
Y agregó: “Los equipos por eso mantienen a esos jugadores legendarios en el equipo, porque esa experiencia ayuda.
Mira el caso de Pedro (Martínez), hay veces que uno lo ve hablando con algunos muchachos y su próxima salida cambia mucho para mejor”.