Bonifacio con gran reto por delante con los Bravos

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LAKE BUENA VISTA, Florida .
Emilio Bonifacio se encuentra en el campo de entrenamientos de Atlanta Braves buscando asegurar un puesto en el roster y más oportunidades de parte del manager Fredi González para rescatar su carrera.

Sin embargo, esa es la menor de las batallas que enfrenta la familia Bonifacio en estos momentos.

Hace un mes Coralina Bonifacio alumbró, en un hospital del área de Miami, a Gael, el segundo hijo de la pareja. El parto fue perfecto y la madre e hijo fueron enviados a casa tres días después.

Pero a los pocos días de su nacimiento, Gael comenzó a sentirse mal y tuvieron que llevarlo de regreso al hospital.

“Los exámenes mostraron que la bilirrubina estaba alta y que su hígado no estaba funcionando adecuadamente. Los médicos nos informaron que necesitaría un trasplante o moriría”, dijo Bonifacio a ESPNdeportes.com.

“De pronto el béisbol, el dinero y cualquier otra cosa que te esté preocupando pasa a un segundo plano. Es el momento en que verdaderamente entiendes el concepto ´la familia está primero´ que tanto has escuchado, pero al que nunca has puesto mucha atención”, agregó.

Los Bonifacio encontraron un donante de cinco años y Gael fue sometido exitosamente a una operación de trasplante. Actualmente se encuentra en el proceso de aceptar bien el órgano, que aún no ha sido introducido por completo a su pequeño cuerpo.

Si todo sigue como esperan los médicos, el pequeño Gael se reunirá con su hermanito Emil, de 4 años, en dos o tres semanas. Emilio Bonifacio tuvo una campaña de 2015 desastrosa con los Medias Blancas.

“Fue un poco difícil porque no está en las manos de uno. Pusimos eso en manos de Dios y afortunadamente el niño está evolucionando bien”, dijo Bonifacio.

“Le pedí a Dios que me diera fortaleza para poder enfocarme en mi trabajo mientras mi hijo esperaba un trasplante. Ahora estoy mejor porque sé que mi hijo está en buenas manos”, agregó.

Mientras Gael maneja positivamente la primera gran batalla de su joven existencia, su padre entrena con los Bravos, que le firmaron por un año y $1,2 millones de dólares garantizados (más una cantidad parecida en incentivos) en diciembre pasado.

Bonifacio, de 30 años, jugó brevemente con Atlanta hace dos años y viene de un terrible 2015 en el que bateó .167 (78-13) en 41 partidos con Medias Blancas de Chicago.

“Lo del año pasado fue extremo y todos sabemos que soy mejor pelotero que lo que dicen esos numeritos”, dijo Bonifacio al batear para .259.

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