Dan el último adiós a doña Rosa Gómez de Mejía

Comparte si te a Gustado:

AL FILO DE LAS NOTICIAS

Cómo una mujer extraordinaria, de buen corazón y una gran persona fue descrita doña Rosa Gómez de Mejía, esposa del exmandatario Hipólito Mejía, quien fue sepultada este miércoles en el cementerio Jardín Memorial, en una ceremonia privada.

«Hoy despedimos a una de nuestras mujeres más grande en nuestro país, doña Rosa Gómez de Mejía», con esta frase inició la misa de cuerpo presente de la fallecida exprimera dama.

Hipólito Mejía, acompañado de sus hijos Ramón Hipólito, Lissa, Felipe y Carolina Mejía, así como demás familiares y amigos cercanos, dio el último adiós a su compañera de vida de más de 50 años.

La misa de cuerpo presente contó con la presencia de dirigentes partidarios, funcionarios del Gobierno y allegados a la familia Gómez-Mejía.

Antes del inicio de la misa, el presidente Luis Abinader, la primera dama Raquel Arbaje, la vicepresidenta Raquel Peña y el ministro Administrativo de la Presidencia, José Paliza, rindieron guardia de honor por dos minutos ante el féretro de Rosa Gómez.

Misa de cuerpo presente

La eucaristía fue oficiada por monseñor José Dolores Grullón Estrella, por el arzobispo de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria, y el obispo de Higüey, Jesús Castro.

«Doña Rosa será siempre, en el memorial de la historia, el modelo de la primera dama por excelencia», dijo monseñor Grullón Estrella.

Grullón Estrella tomó unos minutos para describir la vida y obra de Gómez a quien definió como la mejor madre para sus hijos, quien siempre estuvo llena de sabiduría e inteligencia en cada momento de su vida. 

“¿Qué dice de ti tu familia, Rosa?, amorosa, fiel creyente en Dios, amante de su familia, sencilla, discreta y con una verdadera vocación social», sostuvo monseñor.

El religioso se refirió a la dedicación de doña Rosa durante su vida, a quien describió como el «complemento perfecto de llegó papá (Hipólito Mejía)”, por más de 62 años. 

Lissa y Ramón Hipólito, hijos de la fallecida primera dama, dieron las gracias a los asistentes a la despedida de su madre y el amor que le han profesado.

La eucaristía culminó con un aplauso de todos los presentes en el cementerio Jardín Memorial.

«Que este aplauso llegue al cielo», fue lo dicho por María del Carmen Hernández, quien hizo la maestría de ceremonia.

!Compartir este artículo a través de nuestras redes sociales!

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.