Un dominicano detenido en Puerto Rico es enviado a la cárcel Alcatraz Caimán en Florida

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FLORIDA.- Un dominicano detenido por las autoridades migratorias en Puerto Rico fue trasladado al centro de detención Alcatraz Caimán, en Florida, Estados Unidos, según informó el diario El Nuevo Día.

El medio asegura que los detenidos en la vecina isla están siendo enviados a este nuevo centro, objeto de críticas por presuntas violaciones de derechos humanos y condiciones precarias.

Según el testimonio recogido por el periódico puertorriqueño, el dominicano afirmó haber pasado 24 horas sin comer ni bañarse, y esposado de manos y pies.

El traslado de inmigrantes desde Puerto Rico a Estados Unidos comenzó tras la implementación, el pasado 26 de enero, de las nuevas políticas migratorias del presidente Donald Trump, con la primera redada llevada a cabo en Barrio Obrero, considerado el corazón de la comunidad dominicana en la isla.

Los detenidos, en su mayoría dominicanos, eran enviados a centros de detención migratoria en Texas y Florida, salvo que optaran por una deportación rápida. Una de las principales razones es la falta de espacio enla isla. 

Con la apertura de esta nueva instalación —impulsada por el gobernador Ron DeSantis con apoyo del gobierno federal— los detenidos comenzaron a ser enviados allí. Alcatraz Caimán recibió su primer grupo de inmigrantes indocumentados el pasado 2 de julio, según anunció el fiscal general del estado, James Uthmeier, en su cuenta de X.

Denuncia de los detenidos

Actualmente, unas 750 personas se encuentran detenidas en este centro, ubicado en un aeropuerto abandonado en medio de los Everglades, una zona natural al oeste de Miami rodeada de pantanos, caimanes, serpientes y panteras.

Los primeros migrantes detenidos en Alcatraz Caimán denunciaron a medios locales condiciones «infrahumanas» en las carpas improvisadas, con calor y humedad «asfixiantes», escasez de agua potable y alimentos en mal estado.

Sus declaraciones, junto a las de familiares y abogados, contradicen las afirmaciones oficiales de que el lugar «cumple con todos los estándares requeridos«.

Legisladores indignados 

En respuesta a las denuncias, el gobierno de Florida permitió el pasado sábado la entrada de legisladores federales y estatales para un recorrido por las instalaciones, al cual la prensa no tuvo acceso.

Los legisladores denunciaron que cientos de migrantes estaban recluidos en jaulas y calificaron el centro como un «campo de internamiento«.

«Acabo de salir del campo de detención de inmigrantes en los Everglades de Florida. 750 humanos en jaulas. No nos permitieron hablar con los detenidos ni caminar por las áreas ocupadas. Hay inmigrantes sin antecedentes criminales«, expresó el senador estatal Carlos Guillermo Smith.

La congresista federal Debbie Wasserman Schultz denunció que había hasta «32 detenidos por jaula», con apenas algunas literas y baños compartidos: «Obtienen agua para beber y lavarse los dientes donde defecan, en la misma unidad».

«Están usando jaulas. Estas personas viven en jaulas. Las imágenes no le hacen justicia al lugar. Están esencialmente hacinados«, declaró ante los medios.

El legislador federal Darren Soto criticó el hecho de que esté construido en una zona propensa a inundaciones durante la temporada de huracanes. 

Advirtió que el lugar «pone en peligro» tanto a los detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) como al personal federal y a la Guardia Nacional de Florida.

«Tristemente, vemos cómo el presidente Trump le quita el estatus legal a casi un millón de inmigrantes cubanos, venezolanos, haitianos y nicaragüenses en nuestro estado, y ahora está deportando a familiares de millones de ciudadanos de Florida de la manera más inhumana posible«, afirmó.

A pesar del recorrido, los legisladores demócratas insistieron en la necesidad de establecer un monitoreo continuo del lugar, que fue abierto la semana pasada con una capacidad proyectada de hasta 5,000 migrantes tras una visita del presidente Trump.

La Arquidiócesis de Miami también se sumó a las críticas, calificando el centro como «corrosivo» e «inapropiado».

Una estructura precaria

La infraestructura fue levantada en apenas dos semanas sobre un antiguo aeródromo municipal, a 80 kilómetros de Miami, en medio de un humedal con caimanes y pitones. Esto ha despertado preocupación por su seguridad y habitabilidad.

Aunque el presupuesto inicial era de 450 millones de dólares, documentos filtrados de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) indican que el costo ya supera los 600 millones.

El centro fue presentado como una «solución temporal y eficiente» por el fiscal general James Uthmeier, quien también lo bautizó como «Alcatraz Caimán«.

Cuenta con una pista de aterrizaje operativa y está rodeado por la geografía inhóspita de los Everglades, lo que refuerza la sensación de aislamiento.

El activista Thomas Kennedy, de la Coalición de Inmigrantes de Florida, acompañó a un grupo de legisladores a las instalaciones el 3 de julio, aunque se les negó el acceso.

  • «Los mosquitos eran una nube visible. Nos picaron niguas. Es un lugar inhabitable, construido en una zona pantanosa y de alto riesgo por huracanes», denunció.

En contraste, la portavoz de la División de Manejo de Emergencias de Florida, Stephanie Hartman, aseguró en un comunicado que las denuncias son «completamente falsas» y que el centro «está en buenas condiciones y cumple con todos los requisitos».

La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, exigió al fiscal general estatal acceso a las instalaciones, la creación de un equipo de supervisión semanal, y un plan de evacuación ante la amenaza de huracanes, dado el alto riesgo climático del área.

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