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SANTO DOMINGO. Los conflictos de familia siempre han existido, pero cada día se hacen más comunes y concluyen en un trágico desenlace. El caso reciente de la madre que mató a su hijo y luego se suicidó debido a disputas con el padre por la custodia, es un claro ejemplo.
El menor de cuatro años y su madre, de 44, fueron encontrados en el interior de su vivienda ubicada en la sección La Delgada, al norte de Santiago.
Familiares de Raquel dijeron que ella y su expareja desde hace un tiempo habían entrado en conflicto, porque éste pretendía quitarle al niño, pero que ella se oponía. La dama y su expareja tenían que acudir a un tribunal de Santiago para decidir cuál de los dos se quedaría con la custodia del menor.
Asimismo, el trágico suceso de un hombre que mató a dos de sus sobrinos y a la pareja de uno de ellos por la venta en RD$2 millones de la casa materna.
José Alberto Santana, de 50 años, se suicidó tras herir de bala además a su hermano José Antonio Santana, quien se encuentra estable en un hospital de Monte Plata. De la venta del inmueble, a José Alberto se le dio RD$200 mil.
En estos casos, por lo general, se ven envueltas personas de temperamento pasivos por lo que es aún más sorprendente para sus cercanos. ¿A qué responde este comportamiento?
Bajo una inferencia clínica de las posibles causas de estos hechos, el psiquiatra Secundino Palacio, dijo que en el caso de la madre pudo tratarse de depresión mientras en el tema de la herencia responde a un comportamiento psicópata y antisocial.
Dijo que muchos seres humanos han pensado alguna vez que su vida no tiene importancia. Son cuadros que guardan relación con la salud mental y que lo más frecuente es la enfermedad depresiva.
“Los estresores sicosociales son el cúmulo de desgracia que los seres humanos tienen que enfrentar todos los días desde que se levantan hasta que se acuestan a tratar de dar respuesta a un cúmulo de problemas a los que no encuentran soluciones y cuando llega la depresión y la idea suicida y psicóticas”, explica el experto de la conducta humana.
El felicidio es un delito que consiste en atentar contra la vida y que es cometido por un genitor (padre o madre) hacia un hijo.
Los episodios psicóticos son aquellos en el que las personas pierden contacto con la realidad y el control de sus impulsos. Los estresores sicosociales puede llevar al paciente a provocar o acentuar el desbalance neurobioquimico que ya tiene.
“La violencia, el divorcio, la pobreza, la exclusión, otras enfermedades, actúan como un impulsor, dan el empujón final hacia la consumación del acto suicida”, agrega el doctor.
A veces son personas con pobre umbral de tolerancia-intolerante- que también recae dentro de lo que es una patología mental.
Reveló que es muy frecuente en las consultas, hijos buscando interdicción de sus padres de propiedades con el argumento de que ya están mayores.
Los individuos que pelean por herencias, en términos conductuales, es definido como un comportamiento antisocial y psicópata del sujeto que por obtener ganancias es capaz de matar.
“El psicópata es un sujeto egocéntrico, el mundo comienza y termina en él y en consecuencia la estafa, engaño, la mentira, la simulación, son las herramientas con que día a día actúa en la sociedad. Son exhibicionistas, narcisistas, son crueles con los animales en la niñez y en la adultez matan humanos”, destaca.
Una opción para mediar
En los casos de conflictos, los miembros de la familia pueden recibir intermediación sin ir a la justicia en el Centro de Mediación Familiar del Poder Judicial (CEMEFA), el cual es una dependencia de la Dirección de Familia, Niñez, Adolescencia y Género del Poder Judicial (DIFNAG), reglamentado por la Resolución Núm. 886-2006 del 20 de abril de 2006 por el pleno de la Suprema Corte de Justicia.
Ofrece servicios de mediación en los casos derivados por los tribunales e instituciones, así en los que las personas se acercan voluntariamente a los centros; información y orientación sobre mediación familiar a entidades sociales y educativas, legales y psicológicas.
Asimismo, alimentos de personas menores y adultos mayores; reconocimiento de paternidad, demanda en partición de bienes; conflictos entre condominios y comunitarios.
Hasta 2016, este centro benefició a 54,349 familias a través de unas 16,671 mediaciones las cuales impactaron 271,245 personas involucradas en estos casos y 43,513 niños, niñas y adolescentes.
Entre los conflictos solucionados sin necesidad de llegar a los tribunales están los relacionados a temas de alquiler, cobros, linderos, ruidos, trabajo pagado y no realizado, realizado y no pagado, convivencia vecinal y condóminos entre otros.
El 75% de los casos atendidos en dicho espacio llegan a algún tipo de acuerdo, los cuales según reportes de seguimiento, en su mayoría indican efectividad en el cumplimiento.