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WASHINGTON.- Manifestantes y fuerzas de seguridad se enfrentaron de nuevo en la madrugada de este lunes en las calles de Portland (Oregón) tras un fin de semana de protestas en numerosas ciudades de Estados Unidos contra el racismo y la represión policial.
Las manifestaciones en Portland, encabezadas por filas de madres y veteranos militares se iniciaron pacíficamente al anochecer del domingo, según la Policía, y estaban dirigidas principalmente contra la presencia en esa ciudad de unidades federales enviadas por el presidente de EE.UU., Donald Trump.
El presidente ha dicho que está dispuesto a enviar unos 75.000 agentes federales a ciudades gobernadas por demócratas para atajar la violencia, con lo cual las protestas que hasta hace tres semanas se centraban en el racismo, ahora se han intensificado en oposición al uso de fuerzas federales.
En Portland, poco antes de la medianoche, un grupo de manifestantes trató de desmontar una cerca levantada en torno al Centro Judicial del Condado Multnomah, frene al tribunal federal en Portland, y la policía disparó gases lacrimógenos contra la multitud que coreaba “Las vidas negras, importan”.
Esa consigna ha dominado las protestas pacíficas en las calles desde que el 25 de mayo un policía blanco en Mineápolis (Minesota) mató al afroamericano George Floyd, detonando protestas en todo el país contra el racismo que se han agravado con la intervención federal en la represión.
Durante el fin de semana, decenas de personas fueron arrestadas en Seattle (Washington) y, según el Departamento de Seguridad Nacional, al menos 59 agentes policiales resultaron heridos en los enfrentamientos con manifestantes que lanzaban piedras, botellas y cohetes de fuegos artificiales.
Las protestas, también multitudinarias, se iniciaron pacíficamente el sábado en Oakland (California) en solidaridad con las de Portland, pero al anochecer cuando grupos militantes lanzaron proyectiles a las fuerzas de seguridad, las autoridades declararon ilegal la manifestación y arremetieron contra los activistas.
De manera similar, las protestas fueron inicialmente pacíficas en Aurora (Colorado) donde los manifestantes reclaman una investigación de la muerte en agosto pasado de Elijah McClain, un afroamericano involucrado en un enfrentamiento con la policía.
En Austin (Texas), la situación en las calles se tornó violenta en la noche del sábado, después de que el conductor de un vehículo Jeep aceleró en medio de una multitud que se manifestaba en las calles, según la policía.
De acuerdo con las autoridades, la mayoría de los manifestantes se dispersó escapando del vehículo, pero Garrett Foster, un blanco de 28 años de edad que portaba un rifle de asalto similar a un AK-47 se aproximó al conductor, quien disparo cinco balazos y huyó dejando herido a Foster, que falleció en el hospital.
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