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Nueva York introducirá un polémico peaje a los vehículos que entren en Manhattan para reducir el tráfico, mejorar la calidad del aire y financiar el transporte público, antes de que asuma la presidencia Donald Trump, un ferviente opositor de esta medida.
«Con este plan, la autoridad de transporte introducirá un peaje reducido de 9 dólares» a partir del 5 de enero, anunció este jueves la gobernadora del estado Kathy Hochul.
Se trata de un peaje inferior a los 15 dólares que preveía el plan anterior, cuya implementación fue suspendida por Hochul en junio, alegando «demasiadas consecuencias imprevistas para los neoyorquinos».
Los congresistas republicanos recurrieron a Trump, que había prometido que acabaría con la medida en caso de ser elegido presidente, para que cumpla su promesa.
«Le pedimos que se comprometa a poner fin de una vez por todas a esta absurda apropiación del dinero» de los ciudadanos, reza una carta enviada al presidente electo el martes por el representante del norte del estado de Nueva York, Mike Lawler.
El plan se ha enfrentado a múltiples desafíos legales, poniendo de relieve la dificultad de imponer gravámenes a los conductores en un país donde el coche es el rey.
El objetivo del plan es reducir el tráfico en la ciudad, mejorar la calidad del aire, y financiar el vetusto metro de Nueva York, que cada día usan unos 4 millones de personas.
Inicialmente, la compañía que gestiona el metro de Nueva York, MTA, preveía recaudar con el peaje de 15 dólares, unos 1.000 millones de dólares anuales que hubieran servido para renovar las estaciones de metro, mejorar la señalización y financiar nuevos proyectos de expansión.
700.000 vehículos
Estos ingresos permitirán financiar el Plan de Capital de la MTA 2025-2029 que prevé destinar 15.000 millones de dólares para mejorar el transporte público de la ciudad.
El plan prevé que los conductores que entren a Manhattan por debajo de la calle 60, que incluye sus famosos barrios de Midtown y Wall Street, paguen 9 dólares de peaje.
Con más tráfico que ningún otro lugar de Estados Unidos -unos 700.000 vehículos entran cada día en Manhattan-, Nueva York se convertirá en la primera gran ciudad del país que adopta este tipo de medidas, siguiendo el camino de Londres, Estocolmo o Singapur.
Los vecinos de Manhattan, una isla a la que se accede por túneles bajo los ríos Hudson o East o puentes, han argumentado que el peaje perjudicaría a sus negocios y mermaría la capacidad de sus residentes para desplazarse al corazón de la capital financiera y meca del turismo.
«Creo que todo en Nueva York es extremadamente caro en este momento, y añadir otra tasa no es más que hurgar en nuestros bolsillos», dijo el automovilista Denis Cruz, de 56 años, que entra a Manhattan a diario.
La Alianza de Trabajadores del Taxi de Nueva York, sindicato que representa a 21.000 taxistas, estimó que el plan anterior habría supuesto para los conductores una pérdida de ingresos de 8.000 dólares al año, sobre la base del peaje anterior de 15 dólares.
Con este nuevo plan, los precios varían dependiendo de la hora del día y de la semana y del tamaño del vehículo. Los camiones y los autobuses turísticos pagarán un peaje de 21,60 dólares, y las motos 4,5 dólares.
El gobernador de la vecina Nueva Jersey, Phil Murphy, que comparte varios cruces de carreteras con Manhattan, dijo que se opone «firmemente a cualquier intento de forzar la aprobación de una propuesta de tarificación de la congestión en los últimos meses de la Administración Biden».
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