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SANTO DOMINGO. El jueves, los Spurs no contaban con su principal arma en Kawhi Leonard (lesionado del tobillo izquierdo) para enfrentar a unos Rockets en Houston con la serie delante 3-2. El momento ideal para Jonathon Simmons dar a conocer al mundo su gran historia de superación.
Simmons no solo limitó la ofensiva de James Harden, sino que él terminó con 18 puntos que fueron claves para que San Antonio avanzara a la final de la conferencia del Oeste.
El alero nació en Texas hace 26 años y tras pasar por dos universidades menores llegó a la de Houston. Allí se perdió el primer año por las reglas NCAA, luego promedió 14,5 puntos en el segundo y no se quedó para el tercero porque quería probar suerte como profesional. No fue seleccionado en el draft de la NBA en 2012 y, con cuatro hijas a las que cuidar, tampoco recibió la llamada de ningún equipo para probar en las Ligas de Verano.
También falló en la American Basketball League. Pasó un año en la liga semiprofesional y con más de 36 puntos por partido se dio cuenta de que aquello no valía demasiado… “Casi lo dejo después de aquello. Pensé, el mundo del baloncesto no puede ser así…”, dijo Simmons (ESPN).
Entonces, con su madre empujando ya hacia una carrera como peluquero, Simmons decidió darle una última oportunidad al baloncesto y se presentó a las pruebas de los Austin Toros (entonces afiliado de los San Antonio Spurs en la D-League).
Por 150 dólares tuvo la oportunidad de jugar delante de los ojeadores de la franquicia y de demostrar que valía para esto. Se quedó, claro. Por fin algo le salía bien.
Dos años de D-League después, Simmons debutó en la NBA como un rookie de 26 años bajo el brazo del coach Gregg Popovich (2015). Esta campaña apenas promedió 6,2 puntos, pero en su primera gran prueba ha dejado a medio mundo asombrado.