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COLOMBIA.- Las autoridades colombianas identificaron y desarticularon una estructura criminal que delinquía entre República Dominicana y Medellín, Colombia. La misma estaba dedicada al tráfico de migrantes y a la obtención irregular de documentos de identidad colombianos.
El operativo fue desarrollado por la Policía de Colombia, a través de la Dijín e Interpol, en coordinación con la Fiscalía, la Registraduría, Migración y el Servicio de Seguridad Diplomática de la Embajada de Estados Unidos.
Las diligencias judiciales se ejecutaron de manera simultánea en Medellín, Antioquia, y en Planeta Rica, Córdoba, donde fueron capturadas tres personas señaladas de participar en la expedición fraudulenta de registros civiles, cédulas de ciudadanía y pasaportes colombianos para ciudadanos dominicanos trasladados al país con ese propósito
De acuerdo con la investigación, la red captaba personas en República Dominicana y las movilizaba hacia Colombia, donde se adelantaban trámites de identidad mediante suplantaciones y alteraciones en los procesos oficiales. Con estos documentos, los migrantes lograban salir del país con destino a Estados Unidos y varios países de Europa, entre ellos España y Francia.
Durante el proceso investigativo, Migración Colombia estableció que parte de los ciudadanos beneficiados con estas identidades irregulares alcanzó a cruzar fronteras internacionales usando documentación colombiana obtenida de manera fraudulenta, lo que activó alertas sobre posibles riesgos en los sistemas de control migratorio.
Las labores técnicas incluyeron la confrontación dactiloscópica de 27 fotocédulas colombianas con registros biométricos provenientes de República Dominicana. Este cruce de información, señaló la mayor Ruby Stella Ruiz Aguirre, jefe Grupo Investigativo Contra los Delitos Sexuales y la Familia, permitió a la Registraduría Nacional del Estado Civil cancelar las identidades comprometidas y documentar las irregularidades en su expedición.
Según el expediente judicial, la organización funcionaba como un eslabón dentro de una cadena transnacional dedicada a facilitar migración irregular.
El esquema incluía el traslado de los ciudadanos, la obtención de documentos colombianos y la posterior salida hacia terceros países, utilizando rutas alternas por Ecuador, Perú y Brasil para reducir controles migratorios.
Cada trámite tenía un costo estimado entre 3,000 y 5,000 dólares.
Entre los capturados figura Natalia Patricia Galeano, alias La Madrina, señalada como presunta cabecilla de la estructura.
Las autoridades indicaron que administraba los recursos enviados desde República Dominicana y España, impartía instrucciones y coordinaba las acciones del grupo, junto con Marco Aurelio Monterrosa Mercado, con quien mantenía una relación sentimental.
Marco Aurelio Monterrosa Mercado, conocido como “Yeyo”, fue identificado como presunto coordinador operativo. De acuerdo con la investigación, se encargaba de gestionar los registros civiles, cédulas y pasaportes, además de acompañar a los ciudadanos extranjeros a distintas regiones del país, presentándose como responsable o empleador ante las oficinas encargadas de los trámites.
La tercera captura corresponde a Andrés Felipe Saltarín, funcionario de la Registraduría auxiliar de Belén, en Medellín.
Los investigadores señalaron que, aprovechando su cargo, habría tramitado cédulas de ciudadanía sin cumplir los requisitos establecidos, recibiendo previamente los datos de los migrantes y facilitando el proceso dentro de las instalaciones oficiales.
Las autoridades judiciales documentaron encuentros previos entre Saltarín y Monterrosa Mercado para coordinar los procedimientos irregulares. Los testimonios recogidos durante la investigación indican que los migrantes eran atendidos directamente en la sede de la Registraduría, sin la verificación habitual de soportes y antecedentes.
Los tres capturados fueron presentados ante un juez de control de garantías, quien avaló la legalidad de las capturas.
La Fiscalía General de la Nación imputó los delitos de tráfico de migrantes, concierto para delinquir y enriquecimiento ilícito. En el curso de la audiencia, la presunta cabecilla y su compañero aceptaron los cargos formulados.
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