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ESPAÑA.- El pequeño Gabriel Cruz Ramírez, de ocho años, salió de casa de su abuela paterna el martes 27 de febrero de 2018 para ir a la casa de unos primos. Nunca llegó a ese lugar, pues la novia de su padre lo raptó, asesinó, escondió y semanas después confesó el asesinato.
Ella es Ana Julia Quezada, dominicana de cincuenta años que llegó a España en 1995, con 21 años y una hija. Esta niña, Ridelca Josefina Gil, tenía cuatro años cuando cayó por la ventana del séptimo piso donde vivían. El caso se cerró entonces como muerte accidental. Sin embargo, después de que la asesina confesara haber acabado con la vida de Gabriel en 2018, el caso se reabrió.
Ahora, en mayo de 2024, la madre del pequeño Gabriel denuncia que la asesina Ana Julia Quezada graba un documental desde la cárcel, donde cumple prisión permanente revisable, lo que vendría a ser cadena perpetua.
El día del crimen
Gabriel desapareció el 27 de febrero de 2018 en Las Hortichuelas, una población de menos de 100 habitantes, enclavada en un parque natural y sin cámaras de seguridad.
Salió de su casa a las 3:52 p.m. para ir a casa de sus primos a jugar. Entre las dos viviendas hay unos cien metros de distancia, un camino de tierra y la calle principal de la pequeña localidad. Sin embargo, el niño nunca llegó a ver a sus primos.
Según las investigaciones, a las 6:00 p.m., la abuela, al ver que su nieto no regresaba a merendar, se dirigió a casa de los familiares para buscarlo. Allí no estaba Gabriel, no había ido esa tarde. Fue entonces cuando se empezó la búsqueda por el pueblo con la ayuda de los vecinos. A las 8:00 p.m, unas cinco horas después de que saliera de casa de su abuela, la familia dio la voz de alarma.
La búsqueda de Gabriel
Tras el aviso de desaparición se desplegó el mayor dispositivo de búsqueda en la historia de España. Participaron más de 5,000 efectivos, entre ellos 3,000 voluntarios y 2,000 profesionales.
Durante la búsqueda de Gabriel, Ana Julia Quezada participó activamente y se mostraba triste por lo ocurrido. Incluso daba entrevistas, lloraba y fingía que consolaba a su novio. La asesina hizo todo lo posible para que pareciera que ella no estaba involucrada en la muerte de Gabriel, pero la policía la vigilaba de cerca.
El 3 de marzo, un día lluvioso, Ana Julia escenificó la aparición de la camiseta que llevaba el menor. Simuló haberla encontrado a unos cuatro kilómetros de Las Hortichuelas. El Ministro de Interior confirmó que los análisis revelaron la presencia de ADN del niño en la prenda. Sin embargo, luego se descubrió que este hallazgo fue fingido.
El maletero de la asesina
El día 11 de marzo, Ana Julia se dirigió a la vivienda de Rodalquilar. Estaba sometida a una estrecha vigilancia, pero ella no lo sabía. Los agentes vieron cómo sacó del jardín unos tablones, unas piedras y el cuerpo de un niño. Lo metió en el maletero y salió en dirección a la ciudad de Almería. Pasó de largo la ciudad y llegó a Vícar, lugar donde la policía la detuvo y encontró en el maletero del coche el cuerpo de Gabriel envuelto en una manta, semidesnudo.
El juicio y la actualidad
El 9 de septiembre de 2019 empezó el juicio por la desaparición y muerte de Gabriel, con gran expectación en los medios de comunicación y la ciudadanía. El jurado popular, formado por siete mujeres y dos hombres, consideró culpable de asesinato con alevosía a Ana Julia Quezada. El juez condenó a la asesina a cumplir prisión permanente revisable, lo más parecido a cadena perpetua. Es la primera mujer condenada a esta pena en España.
Ahora, seis años después del asesinato, Patricia Ramírez, la madre del pequeño Gabriel, denuncia que la asesina de su hijo está grabando un documental sobre su muerte desde la cárcel.
Según Patricia Ramírez, lo está haciendo en contra del deseo de la familia del menor, «menoscabando su imagen y su memoria, haciéndonos aún más daño si cabe y obligándolos a exponernos públicamente de nuevo para detenerlo», expresó en un acto judicial. Ahora queda esperar si la justicia evita una nueva herida en esta familia.
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