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JOHANNESBURGO.- Las autoridades sudafricanas dieron por concluidas este viernes, sin nuevos cuerpos encontrados, las labores de búsqueda y rescate de supervivientes tras el derrumbe la semana pasada de un edificio en construcción en el oeste de Sudáfrica en el que murieron al menos 33 personas.
Así lo confirmó Anton Bredell, ministro de Administración Local, Asuntos Medioambientales y Planificación del Desarrollo de la provincia del Cabo Occidental, a la que pertenece la ciudad de George, donde se produjo la tragedia el pasado 6 de mayo.
Durante las 260 horas ininterrumpidas de trabajo de los equipos de rescate, las autoridades pensaban que había 81 personas en el edificio en el momento del derrumbe, de acuerdo con las cifras facilitadas por la empresa constructora, y hasta este viernes continuaban buscando a 19 personas que creían atrapadas bajo los cascotes.
Sin embargo, tras haber retirado todos los escombros -más de 6,000 toneladas-, no hallaron más cuerpos, por lo que descartaron la posibilidad de que hubiera más desaparecidos y el Gobierno del Cabo Occidental rebajó el número de trabajadores presentes en el edificio de 81 a 62.
«Estoy muy contento de que hayamos podido reducir de 81 a 62 el número de personas que se encontraban en el lugar de los hechos, ya que eso significa que hoy hay menos familias de luto», declaró Bredell, quien aseguró que previamente se habían revisado varias veces los informes facilitados por la constructora.
De los 62 trabajadores -muchos de ellos extranjeros-, 33 fallecieron, incluidos cinco que fueron rescatados con vida pero que murieron en el hospital; 10 permanecen hospitalizados y 19 fueron ya dados de alta o recibieron asistencia sanitaria ‘in situ’.
Bredell lamentó la «inmensa y trágica pérdida de vidas humanas», a la vez que aplaudió la labor «increíblemente valiente y desinteresada» de los más de mil trabajadores y voluntarios que han participado en el rescate desde que se produjo el accidente.
En la misma línea, el primer ministro del Cabo Occidental, Alan Winde, felicitó a las personas implicadas en las labores de búsqueda y rescate por perseverar «con el único objetivo de salvar el mayor número posible de vidas».
Tras reiterar su pésame a las familias, prometió que su Gobierno hará «todo lo posible para que los responsables de esta tragedia rindan cuentas».
En una visita el jueves a George, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, garantizó a las familias de las víctimas extranjeras que no tienen «por qué preocuparse», pues podrán elegir si enterrar a sus familiares en Sudáfrica o en sus países de origen, donde contarán también con la colaboración de esos gobiernos.
Algunos de los trabajadores fallecidos en el derrumbe procedían de Malaui y los vecinos Zimbabue, Mozambique y Lesoto, detalló el presidente en una comparecencia ante los medios.
Además, Ramaphosa también se comprometió con la investigación para buscar responsables y aseguró que habrá indemnizaciones para las víctimas y sus familias, aunque dijo que aún era «muy pronto» para hablar de ello.
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