ESTADOS UNIDOS. Adrián Beltré devolvió con fuerza el lanzamiento de Kevin Gausman, enviándolo en línea hacia la banda derecha, suficientemente lejos como para permitirle anclar en la segunda base.
Tablas como ésa, en el tercer inning del miércoles, en el encuentro contra los Orioles de Baltimore, han ocurrido más de 600 veces con Beltré al bate. Para ser exactos, 602.
Es una cifra importante. Únicamente 15 grandeligas han bateado más dobletes que este dominicano nacido en Santo Domingo hace 38 años y varios de ellos muy pronto se verán rebasados por él.
La conexión le permitió dejar atrás a Barry Bonds, que sumó 601 tubeyes en su carrera. Pronto seguirán Cal Ripken Jr. (603), Paul Waner (605) y Paul Molitor (605), miembros todos del Salón de la Fama.
Beltré está en camino a escribir su nombre entre los 10 toleteros con más biangulares en la historia de las Grandes Ligas. Apenas 30 tablazos así le separan del décimo lugar de todos los tiempos, que hoy ocupa David Ortiz, con 632. Es sólo cuestión de tiempo.
Cada conexión que da el antesalista de los Rangers de Texas le permite escribir una página en los libros que recogen los récords y hazañas del diamante. Su último jonrón, el 14 de julio, es otro ejemplo de eso: con él, llegó a 453 en las Mayores, rompiendo la igualdad que sostenía con Cal Yastrzemski, otro integrante de Cooperstown, según un articulo de MLB.COM.
El quisqueyano está dando repetidas pruebas de su grandeza, mientras se encamina raudamente a la frontera tan pocas veces cruzada de los 3.000 hits.
Beltré hizo ruido desde muy temprano en la MLB. Creció en las granjas de los Dodgers de Los Ángeles como un prospecto de talento y disparó un doble en su primer turno con el equipo grande, el 24 de junio de 1998. Al poco tiempo se convirtió en el sujeto de una polémica, cuando corrigió públicamente a todos y aseguró que su debut había ocurrido a los 19, no a los 20 años de edad.
Esa veleidad reveló que había firmado un año antes de lo permitido por la oficina del comisionado. Al final de una larga investigación, los esquivadores fueron sancionados, aunque el toletero derecho pudo seguir con su naciente carrera.
Hoy, sus números acumulados disfrazan lo que pasó en aquel tiempo. Dejó un discreto OPS de .794 con los angelinos, aunque con una despedida sin igual, que le permitió firmar un jugoso contrato con los Marineros de Seattle: en 2004, sacudió 48 vuelacercas, con .334 de promedio y fue el segundo pelotero más votado en la búsqueda del Jugador Más Valioso.
Tampoco hizo mucho en su nueva organización. Su OPS bajó a .759 en las cinco campañas que pasó allí, hasta que finalmente firmó con los Medias Rojas. A partir de esa justa de 2010 empezó la cosecha que hoy le tiene en las puertas de Cooperstown.
Con Boston, primero, y a partir de 2011 con los Vigilantes, se convirtió en una máquina ofensiva, acompañada por el mejor guante de la posición. Por eso es que pudo celebrar una verdadera gesta, este mes: con el bambinazo que dio para dejar atrás a Yastrzemski, quedó de pie junto a los legendarios Hank Aaron y Stan Musial como los únicos bigleaguers que han podido combinar al menos 2.983 hits, 602 dobletes, 453 vuelacercas y 1.601 remolques.
Sólo ellos tres han logrado poner juntos esos registros, lo que conduce a otras afirmaciones: no hay más antesalistas dominicanos con mejores cifras, incluyendo a Alex Rodríguez, nacido en Estados Unidos; y si la década en que A-Rod defendió las paradas cortas es un atenuante demasiado importante, vale igual poner al quisqueyano junto a los antesalistas que han logrado la inmortalidad en una placa de bronce.
Sólo uno, Wade Boggs, tiene 3.000 imparables. Apenas dos, Mike Schmidt y Eddie Matthews, suman más de 460 batazos de vuelta completa (Chipper Jones seguramente será exaltado dentro de algunos meses, por lo que la lista crecerá). Ningún integrante del Salón de la Fama ha empujado 1.600 rayitas en esa posición y ninguno ha alcanzado los 600 tubeyes.
Beltré es un caso único, que se adorna con cinco guantes de oro y cuatro bates de plata.
Cada imparable que conecte le irá acercando a la meta que únicamente han conseguido cuatro latinoamericanos, incluyendo a Rodríguez. Los 3.000 cohetes cimentarán su lugar en la historia y consolidarán su figura entre los antesalistas más productivos de todos los tiempos.