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TÚNEZ.- La Guardia Marina tunecina recuperó hoy los cuerpos de cinco personas migrantes, lo que eleva a 15 el número de fallecidos en el último naufragio ocurrido este miércoles frente a la costa de Sfax (centro-este) mientras los guardacostas continúan la búsqueda de otras 25 personas desaparecidas.
Entre las víctimas, todas ellas del África subsahariana, se encuentran seis mujeres además de un ciudadano tunecino de 20 años y originario de la región que, según las pesquisas policiales, podría tratarse del capitán del barco y contrabandista.
Las autoridades lograron rescatar ayer a 72 migrantes subsaharianos de este mismo naufragio y a otros 41 en otro hundimiento en la costa de Sousse, entre los que se encontraban cinco mujeres y nueve menores.
En una tercera operación llevada a cabo en Monastir (centro-este), 41 tunecinos fueron rescatados y se incautaron dos barcos pesqueros cargados de productos alimenticios y combustible además de una importante suma de dinero en divisas.
El fiscal ordenó la detención de ocho personas implicadas en esta tentativa, incluido el capitán de la embarcación, mientras las fuerzas de seguridad buscan a dos de los contrabandistas.
El ministro de Exteriores, Nabil Ammar, llegó ayer a Italia en una visita oficial de dos días para discutir sobre cooperación en la lucha contra la migración irregular después de que el Gobierno italiano, dirigido por la ultraderechista Giorgia Meloni, decretase el estado de emergencia durante los próximos seis meses tras el desembarco en sus costas de más de 3.000 personas en tan sólo tres días.
Las autoridades tunecinas detuvieron este martes a cerca de 80 migrantes subsaharianos y desalojaron a la fuerza un campamento improvisado en el barrio financiero de la capital, que acogía a un centenar de personas- incluidos una treintena de menores- después de que la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) denunciase un ataque contra sus instalaciones.
La organización anunció días antes haber suspendido todas las actividades de registro durante dos semanas debido a la migración de su sistema de registro e identidad que se realiza actualmente a nivel internacional.
En una carta abierta publicada por un grupo de solicitantes de asilo y migrantes de una quincena de países explicaron haberse «refugiado» ante el edificio de ACNUR tras haber sido expulsados de varias ciudades del país y debido al sentimiento de inseguridad después de que el presidente Kais Said les acusara de formar parte de un complot para cambiar la demografía y la identidad «arabo-musulmana»de Túnez.
Desde entonces cientos de personas, principalmente de Costa de Marfil y Guinea, han solicitado el retorno voluntario tras haber perdido sus trabajos- a menudo informales- y, en algunos casos, haber sido expulsados de sus viviendas por los propietarios.
Más de 14.000 personas migrantes, la mayoría de origen subsahariano, fueron interceptadas o rescatadas por Túnez en los tres primeros meses del año cuando trataban de alcanzar la costa italiana de Lampedusa- a apenas 150 kilómetros de distancia-, una cifra cinco veces superior que durante el mismo periodo del año pasado.
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