SANTO DOMINGO. Tomado por los tiros de sus desgastados pantalones, Esteban, un mulato adolescente de baja estatura quien había sido detenido por dos agentes del Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (CESTUR), era conducido en una agitada caminata hasta una carpa en la playa de Boca Chica. En principio, parecía ser la típica escena del pequeño ladronzuelo que es atrapado en el acto mientras trata de sustraer alguna baratija de los bañistas que suelen dejar sus pertenencias en la orilla, mientras disfrutan del chapuzón y el paisaje del litoral caribeño.
Sin embargo, un elemento descarta esa posibilidad: una ponchera llena de yaniqueques del tipo “Long Play”, típicos del lugar.
Ya en la carpa un grupo de personas reciben al niño para dar paso a la siguiente etapa. Son miembros del Programa de Rescate de Niños, Niñas y Adolescentes que Deambulan por las Zonas Turísticas del CESTUR y de la Procuraduría General de Niños, Niñas y Adolescentes.
“Todos sabemos que el turismo trae también actividades negativas que afectan la integridad y los derechos de los niños”
Allí un grupo de profesionales, maestros y psicólogos, interactúan con Esteban para verificar el lugar donde vive, la ocupación de sus padres y además le vinculan en actividades de recreación y educación con el fin de que pueda aprovechar el tiempo en el lugar y hasta que sus parientes sean ubicados.
La coronel Nieves Felix Rodríguez, quien dirige el programa desde el CESTUR, explica que la iniciativa actualmente está enfocada en la Zona Colonial, pero que se ha preparado un plan piloto para implantarla también en Boca Chica dada la afluencia de turistas a esta localidad y el peligro que pueden correr los niños y niñas del entorno.
“Todos sabemos que el turismo trae también actividades negativas que afectan la integridad y los derechos de los niños”, dice Félix Rosario, quien ve como erróneo que los padres envíen sus hijos a trabajar en estas condiciones y alerta sobre flagelos como la prostitución que pudiesen involucrar a menores de edad.
Al igual que Esteban otros 380 mil niños y adolescentes, en edades de 5 y 17 años, forman parte del mercado laboral dominicano de acuerdo a los resultados de la encuesta ENHOGAR 2009-2010.
Pero además según ENHOGAR, de cada 100 niños hay 80 que realizan trabajos que no son aptos para personas menores de 18 años y del total, un 56% realiza actividades consideradas como peligrosas.
“Cualquier actividad u ocupación que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva acabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños”, señala el estudio.
La coronel Félix Rosario revela que a través de este programa del CESTUR y en conjunto con la Procuraduría han logrado sentencias hasta de cinco años contra personas que han vulnerado los derechos de la niñez.
“Dentro de la playa no queremos menores vendiendo, ni tampoco con alcohol”, advierte el fiscal José Luis Holguín, de la Procuraduría General de Niños, Niñas y Adolescentes del área de Boca Chica.