«El último juego de ‘violencia’ de Estados Unidos contra su némesis de siempre, Rusia, ha sido la creación de un escudo antimisiles que apunta hacía Rusia» apunta el investigador y estadounidense William Engdahl. Sin embargo, según el experto, el Sistema de Defensa de Misiles Balísticos tiene poco o ningún sentido a la luz de la nueva tecnología de misiles de Rusia, relata en New Eastern Outlook.
«El Gobierno de Rusia acaba de anunciar que ha desarrollado una nueva tecnología de misiles que haría que cientos de miles de millones de dólares que EE.UU. ha gastado en rodear a Rusia (y a China) con instalaciones de Defensa de Misiles Balísticos, resulte completamente inútil. Se trata de un novedoso y ultra-avanzado misil balístico intercontinental llamado RS-26», recuerda el investigador.
«Es una sorpresa, una forma de jaque mate brillante, como en un juego de ajedrez», señala.
En el artículo, Engdahl presenta una retrospectiva de las relaciones ruso-estadounidenses después de la caída de la URSS. Pese a que la Guerra Fría terminó, el experto explica que Washington no ha tenido reparos en seguir adelante con su proyecto de expansión de la OTAN.
En agosto de 2015 Rusia volvió a reiterar a Washington su opinión inamovible sobre el Sistema de Defensa de Misiles Balísticos:
«No vemos ninguna razón por la que [el sistema de defensa antimisiles] deba continuar, sobre todo a un ritmo tan rápido y con una clara proyección hacia territorio ruso», dijo el diplomático Sergei Ryabkov, resaltando que tras la regulación del programa nuclear de Irán, para Washington resulta «difícil encontrar argumentos» para extender el sistema de defensa antimisiles. No obstante, Moscú «seguirá llamando la atención sobre este hecho», señaló.
Sin embargo, Washington y la OTAN hicieron oídos sordos y continuaron desplegando misiles en Estados Unidos con capacidad nuclear y una red de antimisiles en Europa del Este, sostiene el experto. De hecho, aunque las potencias occidentales llegaron a un acuerdo sobre el programa nuclear de Irán, hasta ahora nada ha cambiado en la doctrina de la OTAN respecto al Sistema de Defensa de Misiles Balísticos.