JUPITER, Florida, EE.UU. (AP) — Ichiro Suzuki se sienta frente a su casillero, junto a un intérprete. Y la conversación con un futuro miembro del Salón de la Fama le da tiempo para responder la pregunta de cuánto tiempo espera seguir jugando.
Luego que el intérprete le transmite la pregunta en japonés, Suzuki sonríe y responde con una broma que no pierde sentido en la traducción.
«Al menos hasta los 50», responde en japonés.
Todos se ríen, pese a la realidad que representa el motivo de la pregunta. A Suzuki se le está acabando el tiempo.
A sus 42 años, el jardinero de los Marlins de Miami es el segundo pelotero de más edad en las mayores, apenas tres meses más joven que el dominicano Bartolo Colón, de los Mets, de acuerdo con la firma STATS.
La productividad de Suzuki cayó el año pasado, su primero en Miami. Pese a que participó en 153 juegos por lesiones de sus compañeros —incluido el toletero Giancarlo Stanton_, tuvo el menor promedio de bateo en su carrera, de .229. Su slugging de .279 se ubicó en el sitio número 230 y último entre los bateadores con al menos 325 apariciones en el plato, y su cifra de embasado más slugging fue de .561, la cuarta peor.
No se trata de una caída abrupta. Suzuki ha jugado al menos 143 encuentros en cada una de las últimas 15 temporadas, la racha más larga de este tipo en las Grandes Ligas, de acuerdo con STATS. Ostenta un promedio de .314 en su carrera, pero no llega a .300 desde 2010.
Sin embargo, totaliza 2.935 hits, con lo que está cerca de un hito que modera cualquier deseo de retirarse. No obstante, niega que quiera frenar el reloj.
«Nada me ha detenido, por la forma en que me siento o en que me desempeño físicamente», comentó. «Eso podría llegar después. Por ahora, no he cambiado nada».
Niega que la posibilidad de llegar a los 3.000 imparables constituya la motivación para seguir. Afirma que lo hace porque adora este deporte. Pero la cuenta regresiva añadirá cierto dramatismo a esta temporada para los Marlins, un equipo que en los últimos años ha carecido de protagonismo.
«Sería algo increíble», dijo Suzuki. «pero soy un cuarto jardinero. Si fuera un titular para este año, todo sería diferente. Podría decir que llegaría ahí en cuestión de meses. Pero no sé qué oportunidades tendré».
Los Marlins desearían que Suzuki jugara menos. Cumplió con 398 turnos el año pasado y pareció cansado al final. Bateó de 97-12 (.124) durante sus últimos 36 compromisos.
«Probablemente jugó más encuentros de los necesarios el año pasado», reconoció el nuevo manager de los Marlins, don Mattingly. «Se le pidió mucho. Si llegamos a esa situación, probablemente no sería muy pertinente, pensando en las lesiones. Trataremos de cerciorarnos de que no lo utilicemos demasiado».
Si Suzuki batea para .260, necesitaría 250 turnos para llegar a los 3.000 hits. Si vuelve a tener un promedio de .229 requeriría de 284 turnos.
¿Algún equipo le daría una oportunidad en 2017 para buscar la cifra mágica?
«Me gustaría que él la tuviera», dijo Mattingly.
La proeza reforzaría los argumentos de Suzuki para ubicarse en una elite histórica. Podría unirse a Ty Cobb, Paul Molitor, Eddie Collins y Honus Wagner, como los únicos peloteros con 3.000 hits, 500 bases robadas y un promedio de .300 de por vida, según STATS.
Incluso Barry Bonds está impresionado. El rey de los jonrones es el nuevo coach de bateo de los Marlins, pero no cree que deba enseñarle muchos secretos a Suzuki.
«Se está acercando a los 3.000 hits. ¿Qué le puedo yo decir?», preguntó Bonds.