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BERLÍN. Científicos europeos han detectado el ligero desvío de una estrella con respecto a la órbita que le correspondería según la física clásica, dando con el primer indicio de los efectos de la teoría de la Relatividad de Einstein sobre este tipo de cuerpos celestes.
El Observatorio Austral Europeo (ESO) informó hoy en un comunicado que un equipo de astrónomos ha hecho este descubrimiento al revisar datos del telescopio VLT de los últimos 20 años de la estrella S2, próxima al agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de la Vía Láctea.
Al comparar los datos orbitales observados con los teóricos de la física newtoniana se registró una pequeña desviación que “es consistente con las predicciones de la relatividad general”.
Según la ESO, es la primera vez que se ha logrado una medida de la fuerza de los efectos relativistas generales en estrellas orbitando alrededor de un agujero negro supermasivo.
Esa “ligera” desviación es uno de “los sutiles efectos” predichos por la Teoría de la Relatividad General, un “prometedor resultado” para nuevos trabajos en este ámbito que la ESO realizará en los próximos meses.
En concreto, la ESO pretende seguir estudiando a la S2 en 2018, momento en el que la estrella se acercará mucho al agujero negro, con la incorporación de un nuevo instrumento que mejorará la precisión de las mediciones.
El agujero negro del centro de la Vía Láctea, el más cercano a la tierra, se encuentra a unos 26.000 años luz, y tiene una masa de cuatro millones de veces nuestro sol.
Este “monstruo” está rodeado por un pequeño grupo de estrellas, entre las que se encuentra la S2, que orbita a gran velocidad en el fuerte campo gravitatorio del agujero negro, un entorno “perfecto”, según la ESO “para probar la física gravitacional y, particularmente, la teoría de la Relatividad”.