Bruselas,- la capital administrativa de la EU y sede de la alianza militar de la OTAN, se ha convertido «en una zona de guerra» tras una serie de las mortales explosiones producidas este martes, escribe el analista Finian Cunningham en su artículo para RT, donde analiza las razones encubiertas de estos ataques.
En su opinión, los atentados en Bruselas plantean preguntas a las autoridades belgas acerca del mantenimiento de la seguridad, como por ejemplo, por qué el país no fue puesto en el más alto nivel de alerta tras la dramática redada y captura de sospechosos de terrorismo la semana pasada en los alrededores de la capital.
La política criminal encubierta del cambio de régimen en Siria, de la que la UE ha sido cómplice, en parte está contragolpeando ahora con un terror horrible en las calles de Europa, de hecho, en el corazón de Europa
«La pregunta es: ¿por qué las autoridades belgas no aumentaron el nivel de alerta de seguridad al máximo los días anteriores a los últimos ataques?», reflexiona el experto, explicando que «el temor es que si el centro político de la UE puede ser atacado con aparente facilidad a pesar de la fuerte presencia de soldados y policías, entonces más ataques son posibles».
Otra de las preocupaciones, prosigue Cunningham, es que se sabe que en varios países de la UE, entre ellos el Reino Unido, Francia, los Países Bajos y Alemania, hay «centenares de terroristas yihadistas» que viajaron a Siria para participar en la guerra, y muchos de los cuales habrían regresado a sus países de origen tras el alto el fuego en el país árabe.
¿Los pollos vuelven al nido?
Con todo, una pregunta de gran importancia para el analista es si estamos ante «un caso en que los pollos vuelven al nido».
Y es que, según Cunningham, «la UE puede negar oficialmente cualquier conexión, pero el hecho es que los países europeos han sido cómplices de alimentar el conflicto en Siria».
En particular, el experto recuerda que el Reino Unido y Francia han suministrado armas a los llamados ‘rebeldes moderados’ en Siria tratando de derrocar al presidente Al Assad. Esas armas han acabado en las manos de brigadas terroristas vinculadas a Al Qaeda como el Estado Islámico, «que reivindicó los ataques de París y que sin duda está involucrado en las atrocidades de esta semana en Bruselas».
A juicio de Cunningham, la guerra encubierta que la UE, EE.UU. y sus aliados regionales fomentaron en Siria, inspiró a los aspirantes a yihadistas de toda Europa para ir a luchar en ese país árabe, y «un adiós a las armas no se espera de estos yihadistas aunque hayan regresado a Europa».
La UE puede negar oficialmente cualquier conexión, pero el hecho es que los países europeos han sido cómplices de alimentar el conflicto en Siria
«La política criminal encubierta del cambio de régimen en Siria, de la que la UE ha sido cómplice, en parte está contragolpeando ahora con un terror horrible en las calles de Europa, de hecho, en el corazón de Europa», lamenta el autor del artículo para concluir que «los políticos europeos no dudarán en recurrir a medidas de emergencia más draconianas a raíz de la matanza, pero, en última instancia, es la política criminal de la UE la que se ha vuelto en su contra».