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A Arabia Saudita le sale el tiro por la culata en su juego petrolero

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Riad ha puesto demasiado ahínco en su afán por socavar la economía de Irán y puede salir trasquilada de sus propias estrategias.

Arabia Saudita fue el mayor culpable del desplome de los precios del crudo en 2014 y 2015 al incrementar la extracción en un momento en que existía una sobreoferta global de combustible.

Se cree que Riad intentó llevar a la ruina a los productores cuyos proyectos implican mayores costes de extracción, como por ejemplo los de crudo de pizarra estadounidense, pero el columnista de ‘The New York Times’ Andrew Scott Cooper asegura que a quien realmente quería complicar la vida Arabia Saudita era a Irán. Sin embargo, los resultados obtenidos fueron los contrarios.

En los últimos años, Arabia Saudita ha dejado claro que considera que los mercados de petróleo son una línea de frente en la lucha que el reino de mayoría sunita libra contra su rival chiita, Irán.

«Su táctica favorita, consistente en ‘inundar’ con excedentes de petróleo mercados saturados, es equiparable a una guerra económica, el equivalente comercial a lanzar una bomba a su rival», escribe Cooper.

Riad cumplió con sus amenazas de desestabilizar la economía iraní y conseguir que fuera incapaz de apoyar a las milicias chiitas en el Líbano e Irak en 2008.

Los precios volvieron a caer en 2014, pero esta vez la monarquía parece haber puesto demasiado ahínco en sus esfuerzos.

«Los funcionarios sauditas no esperaban que los precios bajaran de 60 dólares por barril», señaló Cooper.

Lo importante es que la monarquía no esperaba perder su influencia en la OPEP como equilibrador del mercado. Y eso ocurrió el pasado mes, cuando Arabia Saudita fracasó en su intento de llegar a un acuerdo con Rusia, Venezuela y Catar para recortar la oferta pese a las declaraciones favorables por parte de los ministros sauditas.

El Fondo Monetario Internacional ha advertido de que si Riad no reduce sus gastos presupuestarios su economía se verá en quiebra para 2020.

«De repente, el banco mundial de reserva de oro negro está buscando tomar prestados miles de millones de dólares en el extranjero», recalcó el columnista.

El rey Salman ha prometido imponer medidas de austeridad, subir los impuestos y recortarle los subsidios a un pueblo acostumbrado a la generosidad y a las donaciones estatales.

Todo esto sucede mientras Irán está liberándose de las sanciones económicas. Y Riad notará el regreso de un nuevo actor a un mercado del crudo que la monarquía ya no es capaz de controlar.

Para ampliar la infografía, haga clic sobre ella.

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