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EEUU.- A finales de agosto, el presiente Donald Trump ordenó a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos utilizar la fuerza militar de su país contra ciertos cárteles de drogas latinoamericanos.
Desde esa fecha, Estados Unidos ha destruido lanchas, movilizado buques y realizado diferentes entrenamientos y otras acciones en territorio que forman parte de esa nación, como Puerto Rico, y en otros de países que solo son llamados socios.
Para formalizar esta lucha contra el narcotráfico y las armas, el pasado 13 de noviembre, Pete Hegseth, secretario de Defensa de los Estados Unidos, nombró las acciones que buscan frenar el narcotráfico y el tráfico de armas como “Operation Southern Spear” (Operación Lanza del Sur, en español).
República Dominicana se unió a estos esfuerzos que realiza Estados Unidos y en este mes de noviembre, bajo la Operación Lanza del Sur han incautado más de 1, 666 kilogramos de cocaína (1.6 toneladas) en costas de Pedernales, según informe con la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) en varias notas de prensa.
El último punto estipulado en esta colaboración se dio a conocer este miércoles cuando República Dominicana, en voz del presidente Luis Abinader, anunció que le permitirá a Estados Unidos utilizar la Base Aérea de San Isidro y en el Aeropuerto Internacional de Las Américas, José Francisco Peña Gómez, para operaciones logísticas, que incluye recarga de combustible en la lucha contra el narcotráfico y el tráfico de armas.
tRINIDAD Y TOBAGO
En estas acciones, República Dominicana no ha sido el único país, que ha permitido que Estados Unidos realice acciones en contra del narcotráfico. En octubre llegó a Trinidad y Tobago el buque “destructor Gravely”, luego de que Washington ordenara un despliegue militar para su operación antidrogas en el Caribe.
Según resaltan los medios internacionales, el buque arribó al Puerto España, a poco más de 10 kilómetros de las costas de Venezuela.
Para continuar con esta lucha, que ha sido apoyada abiertamente por Trinidad y Tobago, el Presidente del Estado Mayor Conjunto, general Dan Caine, se reunió con la Primera Ministra Kamla Persad-Bissessar y miembros de su gabinete “para reafirmar la sólida asociación entre Estados Unidos y Trinidad y Tobago y discutir prioridades compartidas en materia de seguridad y estabilidad regionales”, resalta la embajada norteamericana en ese país, el pasado 25 de noviembre.
“El General Caine y la Primera Ministra Persad-Bissessar intercambiaron opiniones sobre los desafíos que afectan a la región del Caribe, incluyendo los efectos desestabilizadores del tráfico ilícito de narcóticos, armas y personas, así como las actividades de las organizaciones criminales transnacionales. El Presidente enfatizó que la estrecha cooperación entre Estados Unidos y Trinidad y Tobago contribuye directamente a salvaguardar la seguridad regional”, establece la información.
En desacuerdo
Estas acciones militares han recibido el rechazo de algunos países y organizaciones.
El primero en manifestar se rechazó fue el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, luego de que Donald Trump, lo acusara de traficar drogas a Estados Unidos y pidiera una recompensa de 50 millones de dólares por su arresto.
Sumado a esto, Estados Unidos comenzó a desplegar buques de guerra y personal en el Caribe, alegando la necesidad de combatir a los cárteles de la droga. Estados Unidos ha destruido lanchas con supuesta droga y personas a abordo.
Nicolás Maduro acusó a EE. UU. de realizar una «agresión» de carácter «militar» contra Venezuela y confirmó la ruptura de las comunicaciones bilaterales.
Sumado a esto, en este mes Estados Unidos nombró a Maduro como el líder del «Cártel de los Soles».
Otro que se ha negado a apoyar a Estados Unidos en estas acciones ha sido Gustavo Petro, presidente de Colombia.
“Si esto es verdad, es un asesinato en cualquier parte del mundo”, escribió Petro en la red social de X, el tres de septiembre, luego de la destrucción de una lancha con supuesta droga.
Además, aunque luego dijo que la medida fue malinterpretada y se mantenían las relaciones, Petro quien ordenó a las fuerzas de seguridad de ese país dejar de compartir inteligencia con Estados Unidos.
El pasado 29 de octubre, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, expresó no estar de acuerdo con los ataques militares del Gobierno de Estados Unidos a embarcaciones que presuntamente transportan drogas en el Caribe y el Pacífico, pidiendo que se cambie el protocolo de combate.
“No estamos de acuerdo con estas intervenciones y tenemos un modelo, un protocolo que ha dado muchos resultados. Si en aguas internacionales Estados Unidos ve que hay una lancha que presuntamente lleva droga, se ponen de acuerdo e interviene Secretaría de Marina o las instituciones del Gobierno de Estados Unidos y se detiene a los presuntos delincuentes”, argumentó.
Asimismo, el pasado 13 de noviembre, dijo que la Marina mexicana interceptará las embarcaciones con presunta droga para evitar que sean destruidas por Estados Unidos.
Volker Türk, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, pidió el 13 de octubre a Estados Unidos cesar los ataques al calificarlo de “inaceptables”.
“Estos ataques, y su creciente costo humano, son inaceptables. Estados Unidos debe ponerles fin y tomar todas las medidas necesarias para evitar las ejecuciones extrajudiciales de personas a bordo de las embarcaciones, independientemente de la conducta delictiva que se les impute”, dijo
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